Demà és el meu DiabAniversari. Sí. Demà fa 20 anys… sí! VINT anys que vaig ingresar a l’hospital i que va canviar la meva vida. La meva i sens dubte la dels meus pares.
Tres anys després del diagnòstic, llegia en una revista que l’esperança de vida de les persones amb diabetis era de 20 anys. Enfadada amb mí, amb la revista i amb el món en general, vaig decidir escriure i reivindicar un PROU a les notícies sensacionalistes i morboses que guanyen subscriptors però malmeten la salut mental d’aquells a qui els toca d’aprop. Per sorpresa la meva, van publicar la meva queixa i van demanar disculpes. Vaig comprometre’m a escriure’ls quan hagues arribat la data. Porto 18 anys esperant, 18 anys sent conscient d’una tasca pendent amb ells: enviar-los una carta saludant-los. Perquè vint anys després, segueixo viva.
Aquí va la nota que els he enviat…
Hola,
Hace unos catorce años, escribí una carta de opinión que publicasteis y además contestasteis.
Hace unos catorce años, leía con asiduidad vuestra revista. Un día topé con un artículo bastante morboso: la esperanza de vida de las enfermedades más comunes hoy en día. “Así nos pegan las nueve enfermedades más comunes”, decía el título del artículo vuestro.
Yo llevaba ya algunos años conviviendo con la diabetes y leer que mi esperanza de vida eran 20 años (desde el diagnóstico) me dio una patada allá donde más duele.
¿Por qué? Pues porque cuando te diagnostican una patología con la que morirás porqué no hay una cura, haces un trabajo interno de aquellos de campeonato. Tu y también quienes están más cerca de ti. En mi caso, mi madre y mi padre. Aprendimos en un tiempo récord a contar los gramos de los alimentos, pasarlos a número de raciones y hacer los cálculos necesarios para poder hacer en una comida el aporte necesario. A la vez, calcular la dosis de insulina necesaria teniendo en cuenta el aporte de hidratos, el ejercicio que acaba de realizar o realizaría después de la comida y el valor de glucemia en sangre del momento. Todo eso, claro, sin tener en cuenta si hay un desajuste hormonal, unos granos de más, una discusión con alguien o unos nervios pre examen.
Aprendes a contar. A analizar tus síntomas cada medio minuto por si tienes una bajada poder detectarla a tiempo. Te las ves y te las deseas para poder mantener, aun haciéndolo todo correctamente, unos niveles dentro de lo normal. Los pinchazos. Los controles. Los cálculos constantes. Los horarios. Las normas. Aprendes a vivir de otra manera. En tu cuerpo ya no solo cuenta lo que tú quieres, sino que tienes que ponerte de acuerdo con la diabetes. Si tienes una gastroenteritis y todo lo que comes lo vomitas, pero en ese momento tienes una hipoglucemia… ya puedes tener toda la gastroenteritis del mundo, que si no quieres terminar mal, ya puedes ingerir algo.
Aprendes a luchar contra aquellos que te dicen que el carné de conducir lo tienes que renovar cada año (y ganas (un poco) esa lucha).
Aprendes a hacer exámenes en la universidad pendiente de aquello que has estudiado, de aquello que estás redactando y por supuesto, pendiente de la hora porqué tienes que parar el examen, controlarte, pensar cuanta insulina necesitas y volver a ello. Y cuando has sacado en ese examen un 6, en realidad ese 6 es un 10. Porqué tenías más cosas en la cabeza que solo vomitar algo que habías estudiado.
Aprendes a luchar contra los falsos mitos. Aprendes a vivir con ello. Ojo! Aprendes muchas cosas positivas! Muchas!
Y justo cuando estás en ese momento en el que tu madre y tu padre que TANTO te han ayudado y tú que ya lo tienes como si hubiese sido así toda la vida… Justo entonces lees un artículo en una de las revistas que más te gustan en el que dice que tu esperanza de vida va a ser de 20 años. Toma jarrón de agua fría en pleno invierno.
En fin, me atreví a escribiros. Me atreví porqué entre otras cosas soy luchadora. Y para sorpresa la mía, publicasteis parte de lo que escribí i también me contestasteis pidiendo disculpas y rectificando.
En mi carta os decía que esperaba poder escribiros a los 65 años.
Todavía no he llegado… pero mañana, día 30 de junio, hará 20 años exactos que me diagnosticaron diabetes.
Desde hace trece años, tenía un reto: llegar a los 20 años con diabetes y escribiros. Soy consciente que muchas cosas han pasado en éste tiempo y quizás las personas que leáis esto no estabais por ese entonces.
Pero tengo una obligación moral conmigo misma (conmigo y con mi diabetes) de escribiros ahora, cuando se supone que se iba a terminar mi vida, para saludaros. Para deciros que aún sigo aquí.
Adjunto el artículo y la carta que os mandé hace trece años.
Un saludo bien dulce…
Alba.